Rokshan y los Jinetes Salvajes (Dragon Horse)
Asimismo os facilito enlaces al final del artículo, entre ellos el de un pdf con una introducción en la que nos presentan a los personajes, desde dioses de las mitologías orientales y personajes habituales en la Ruta de la Seda hasta los mágicos caballos-dragón, principales protagonistas de esta historia; y un bonito detalle que trae el libro al principio de cada “parte”, y que figura que es un pergamino con el relato de parte de las leyendas que, al final, se hacen realidad, así como el prólogo y el primer capítulo. Para abrir boca. Y empezamos:
Rokshan y los Jinetes Salvajes
Colección RocaJuvenil
Autor: Peter Ward
Traducción: Mila López Díaz-Guerra
Fecha de publicación: 15 de Junio 2009
ISBN: 978-84-92429-96-7
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Formato: 14,5 x 22,5 cm
Nº de páginas: 480
PVP: € 21,00
Contraportada:
Siglos y siglos atrás, los dragones alados sembraron el terror por todo el imperio chino. A sus descendientes, unos caballos magníficos criados y montados por los Jinetes Salvajes, se los conoce como los caballos-dragón. Pero un mal de tiempos remotos ha despertado y dos hermanos, Rokshan y An Lushan, se verán arrastrados a la batalla. Rokshan ha de viajar a los Valles de los Jinetes y al Llano de los Muertos. Allí lo espera el gran semental Observador de Estrellas, señor de los caballos. Entretanto, su hermano, An Lushan, elige un camino totalmente distinto...
Una fantasía épica que tiene como escenario la legendaria Ruta de la Seda en torno al siglo IX. Intensa, vibrante y repleta de mitos y aires de la antigua China imperial, esta novela gira en torno al esplendor de los caballos- dragón y la majestad de los dragones orientales.
Sobre el autor:
En la solapa de la contracubierta, junto con la fotografía de Peter Ward, hay una breve información sobre él que copio a continuación:
Peter Ward nació en 1958 y se graduó por la Universidad de Leeds. Ha trabajado en diversos sectores, entre ellos el de la prensa y la comunicación. En la actualidad, vive en Londres. Rokshan y los Jinetes Salvajes es su primera novela.
Datos facilitados por el autor en su Myspace:
Peter Ward reconoce estar influenciado por muchos autores, desde Tolkien con el Hobbit y El Señor de los Anillos, hasta H. Rider Haggard y su libro Ella, que relata la leyenda una maga blanca que gobierna un imperio perdido en África, pasando por cualquier cosa ambientada en el Lejano Oriente, tipo Shogun o Tai-Pan, de James Clavell. También le gustan otros autores, como J P Donleavy (El hombre del mazapán) o Isaac Asimov (Yo, robot, y la saga de La Fundación). Asegura que Crónicas de Thomas Covenant, de Stephen Donaldson, lo dejó pasmado.
Está convencido de que el hecho de pasar los tres primeros años de su vida en Malasia tiene mucho que ver con la fascinación que siente por la mitología oriental, y en especial con la Ruta de la Seda. Su padre era militar y estaba destinado allí.
Su primera novela, Rokshan y los Jinetes Salvajes, se publicó en ingles (Dragon Horse) en enero de 2008.
Nos cuenta que ha trabajado en muchos sitios: desde responsable de marketing para varias empresas, pintor de brocha gorda o incluso en la cantina de un pozo petrolífero del Mar del Norte, y es que era un “culo inquieto”. Pero siempre quiso escribir sus propias historias y sobre ésta dice que, a pesar de ser una aventura fantástica, con demonios, dragones y talismanes, se desarrolla en escenarios históricos: la Ruta de la Seda, con comerciantes, soldados, mercenarios, aventureros, emigrantes, refugiados… Todos aquellos que vivieron este tipo de experiencias incluso antes de que Marco Polo, en el siglo XIII, fuera el primer europeo que “descubriera” China.
Acaba diciendo que aunque hay mucho de real, también hay muchas cosas inventadas, si bien ha procurado mostrar las diferentes culturas por las que atraviesa la Ruta de la Seda, y que sabe que el lector disfrutará con la historia, aunque también espera que la novela nos abra una ventana a ese mundo fascinante.
Nota histórica sobre la leyenda del caballo-dragón
La importación de caballos desde Asia Central fue de vital importancia en la consecución de la expansión territorial de las primeras dinastías de la China imperial.
Alrededor del año 100 a. de C, el emperador Wu recibió el tributo de una región recién conquistada en el corazón de Asia Central, Ferghana: se trataba de unos caballos muy diferentes a los ponis de las estepas que los chinos importaban de Mongolia. Estos caballos eran de raza árabe, de color pardo y algunos tenían dos o tres rayas oscuras en el lomo.
Debido a su dificultad para criar caballos, los chinos necesitaban un suministro continuo de las razas de caballo que iban descubriendo con cada conquista. Probablemente, esa dificultad para criarlos acrecentó la creencia china de que esos caballos extraordinarios procedían del agua, como los dragones del folklore chino. A veces, esos caballos tan especiales nacían con alas, y por esta razón se los asociaba con los dragones, las criaturas mitológicas más poderosas y emblemas de los emperadores de China. Incluso se pensaba que el Hijo del Cielo, el emperador, sería transportado a los Cielos por un par de estas criaturas.
Esta leyenda se expandió por todos los confines del Imperio, lo que explica la gran cantidad de variantes existentes en la India, China y Mongolia del mito del caballo-dragón, los caballos sagrados nacidos en el agua que transportaban a dirigentes divinizados al cielo.
Por estas fotografías veréis como eran (y son) los caravasares, o las figurillas -tan valoradas- de caballos-dragón o pinturas de alguno de los dioses a los que se menciona en el libro, o el lago por el que pasan algunos personajes, o los altísimos picos donde transcurre el desenlace de la historia. Por cierto, que buscando cómo son exactamente las yurtas, descubrí (por si os interesa) que actualmente se pueden contratar unas vacaciones alojados en esas “viviendas” tan singulares.
Me sorprendió el título en castellano, cuando me lo comunicaron hace unos días. Imagino que la editorial ha considerado que es la mejor opción, pero me cuesta pensar en la novela con el título de ahora, y sigo pensando en ella como “Caballo-dragón.” En cualquier caso, esta historia sigue teniendo el mismo encanto con el título que sea. Los meses transcurridos desde que terminé la traducción me han venido bien porque han borrado la "resaca" del tremendo trabajo que fue contrastar constantemente tantos datos, de forma que ahora sólo me queda la sensación de la aventura vivida con el libro y sus personajes.
Ojalá disfrutéis con su lectura.
Enlaces relacionados:
pdf del prólogo y el primer capítulo
Página de Roca Juvenil
Peter Ward
Página Dragon Horse
Etiquetas: Otros Mundos de Fantasía, Rokshan y los Jinetes