Otra vez Navidad y Año Nuevo
Por supuesto, esta especie se puede comprar ya cortada, en mercadillos navideños. A menudo forma parte de pequeños ramos con otras plantas verdes, y casi siempre con bayas. En la antigüedad, el rito de cortar el muérdago era respetuoso y complejo.
El historiador romano Plinio explicaba el complejo ritual del que se servían para su recolección, siempre en determinadas fechas del año y prefiriendo el muérdago nacido en los troncos de los robles. Lo utilizaban para protegerse de los rayos, de la maldad, de las enfermedades, para ayudar a las mujeres a la concepción, para hacerse invisibles, para curar heridas...
Una leyenda francesa nos relata que en su origen esta planta era un árbol pero habiendo sido utilizada para construir la cruz donde Jesucristo sufrió su martirio y muerte, Dios la condenó a no obtener jamás un lugar en la tierra y a tener que depositar sus raíces sobre otros árboles. La leyenda del beso debajo del muérdago nos llega de mano del dios de la paz, Balder. Éste fue herido y muerto por una flecha de muérdago, lo que entristeció mucho al resto de los dioses, que conmovidos por los llantos de la amada de Balder, le restituyeron la vida. Por ello, Balder ordenó que cada vez que una pareja pasase por debajo del muérdago, se besasen para perpetuar su amor.
Y hablando de “sabor” no está de más recordaros que el muérdago no debe ingerirse por su alta toxicidad (contiene aminas tóxicas). Antiguamente lo utilizaban para tratar enfermedades, como hemos visto antes, pero ahora se han perdido esos conocimientos (puede que quede alguien que todavía sepa cómo usarlo, pero para la mayoría es una técnica desconocida.)
Así que ya sabéis, mucho cuidado. Sobre todo con los peques, porque aunque la semilla no es llamativa, como ocurre con la del acebo que es de un color rojo intenso, con esos enanitos inquietos nunca se sabe qué se les puede pasar por la cabeza en cierto momento.
De todos modos no he querido que el acebo no estuviera presente, al menos en una imagen, ya que es muy bonito. Por ello lo he puesto como orla de esta entrada.
Y también este año voy a dejar la vela encendida, como la vez anterior, para guiaros hasta casa cuando volváis de celebraciones con amigos. Recordad: mucha prudencia, que quiero veros a todos de vuelta ¿vale?
Os deseo que estas fiestas sean entrañables, que haya regalitos y, cómo no, mucho amor. Y para 2008, que como mínimo se cumpla alguno de nuestros sueños.
Un fuerte abrazo
(Para que no se nos enfade el gordito de rojo, HO HO HOOOO)
Etiquetas: Vacaciones Navidades y ocio
2 Comments:
Felices fiestas tardías y un feliz año aún casí nuevo.
Por cierto, yo soy de los reyes magos, así que... ¡muerte al tipo de rojo! (o de amarillo, dependiendo de a quien haga publicidad ;P)
japi niu lliar ^^
No, no, muerte no. Jajaja...
Seamos más pacíficos y diplomáticos, que nunca viene mal. Nos limitaremos a no hacerle caso y al final se aburrirá y se iré a sus frías tierras ¿no?
*japi niu lliar tullu tu* ¬¬
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