lunes, 3 de marzo de 2008

Es lo mismo... Casi, casi

En la sección ‘Domingo’ (Lectura) de El País de ayer, salió un reportaje titulado Es lo mismo, ¿o no? sobre la publicación del libro Decir lo mismo, de Umberto Eco, que trata sobre su experiencia como traductor, así como su experiencia como autor traducido a muchos idiomas.

Es un artículo extenso, pero con cosas muy interesantes y como estoy bastante apurada ya con fecha de entrega del libro que tengo entre manos ahora (¡cómo no!) me limitaré a reseñar alguna que otra frase que me ha hecho sonreír. Se ve que estos días necesito precisamente eso. O debería decir que lo necesito más que cualquier otro día. Sonreír es importantísimo, mejor a diario y mejor aún varias veces al día. La sonrisa nos hace humanos. En el mejor sentido de la palabra.

Y comenta el señor Eco, entre otras muchas cosas:

"Supongamos que en una novela inglesa un personaje dice It's raining cats and dogs. Sería un simple el traductor que, pensando que está diciendo lo mismo, lo tradujera literalmente como Llueve perros y gatos, y no como Llueve a cántaros o Caen chuzos de punta. Ahora bien, ¿qué pasaría si se tratara de una novela de ciencia ficción, escrita por un adepto de las denominadas ciencias "fortianas", que relatara que, de verdad, llueven perros y gatos? Se traduciría literalmente, de acuerdo. ¿Y si el personaje estuviera yendo a ver al doctor Freud para contarle que sufre una curiosa obsesión por perros y gatos, por los que se siente amenazado incluso cuando llueve? Seguiría traduciéndose literalmente, pero se perdería el matiz de que el Hombre de los Gatos también está obsesionado por las expresiones idiomáticas. ¿Y si en otra novela el que dice que están lloviendo perros y gatos fuera un estudiante de inglés de la academia Berlitz que no consigue sustraerse a la tentación de adornar su discurso con deplorables anglicismos? Si hubiera que traducirlo literalmente, en este caso al inglés, el lector profano no entendería que se está usando un anglicismo. ¿Cómo se vertería esa pose anglicanizante? ¿Debería cambiársele la nacionalidad al personaje y hacer que se convirtiera en un inglés con poses italianizantes?, ¿o en un obrero de Londres que ostenta sin éxito un acento de Oxford? Sería una licencia insoportable. ¿Y si It's raining cats and dogs lo dijera, en inglés, un personaje de una novela francesa?, ¿cómo se traduciría al inglés?

Ven ustedes lo difícil que es decir qué es lo que un texto quiere transmitir, y cómo transmitirlo.”

O esto otro:

“Supongamos que en un texto norteamericano alguien le diga a otro You're just pulling my leg. El traductor no lo vertería con Me estás tirando sólo la pierna, y ni siquiera con Me estás tomando sólo la pierna, sino con Tú me estás tomando el pelo o incluso con Te estás quedando conmigo. Si se tradujera la expresión literalmente, una expresión tan poco corriente en la lengua de llegada dejaría suponer que el personaje (y con él, el autor) está inventado una osada figura retórica, lo cual no es cierto, visto que el personaje usa algo que en su lengua es una frase hecha. Si sustituimos la pierna con el pelo, en cambio, ponemos al lector de la lengua de llegada en la misma situación en la que el texto quería que se encontrara el lector inglés. He aquí por qué una aparente infidelidad (no se traduce a la letra) se manifiesta al final como un acto de fidelidad. Lo cual es un poco como repetir con san Jerónimo, patrón de los traductores, que al traducir no hay que verbum e verbo sed sensum exprimere de sensu (aunque veremos cómo también esta afirmación puede generar muchas ambigüedades).”

Y acaba diciendo:

“Así pues, traducir quiere decir entender tanto el sistema interno de una lengua como la estructura de un texto determinado en esa lengua, y construir un duplicado del sistema textual que, según una determinada descripción, pueda producir efectos análogos en el lector, ya sea en el plano semántico y sintáctico o en el estilístico, métrico, fonosimbólico, así como en lo que concierne a los efectos pasionales a los que el texto fuente tendía. "Según una determinada descripción", significa que toda traducción presenta unos márgenes de infidelidad con respecto a un núcleo de presunta fidelidad, pero la decisión sobre la posición del núcleo y la amplitud de los márgenes depende de las finalidades que se plantea el traductor.”

El señor Eco aclara que no es un libro de teoría de la traducción, ya que parte de sus experiencias personales, pero creo que tendré que echarle un vistazo.

También aparecía en un recuadro el comentario de la traductora de Decir casi lo mismo, Elena Lozano Miralles. Habla de las dificultades de este trabajo, de las inquietudes cuando te enfrentas a una traducción y (con razón) de la suerte de tener El autor con el que todos los traductores sueñan.

Creo que la ilustración que acompañaba el artículo es de Fernando Vicente. La idea de ese ‘espejo’ que refleja en otro idioma el texto de un libro escrito en inglés me parece un gran acierto.

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